La persona positiva : empuja hacia delante, busca el éxito del equipo y se involucra en el proyecto; contagia su entusiasmo al resto. El jefe debe reconocerlo públicamente, buscando que sigan su ejemplo.
El discutidor : no está de acuerdo con nada, siempre defiende otra tesis. Pesado pero sin ánimo destructivo. Inconformista permanente, aunque busca el bien del equipo sólo consigue sacar a la gente de quicio. Hay que animarle a que piense en positivo, a que aporte soluciones prácticas.
El inoportuno: Hace comentarios desafortunados en el momento menos adecuado. Pesado, pero no tiene ánimo destructivo. Igual que al crítico, si sobrepasa cierto límite el jefe le tendrá que llamar la atención.
El hablador: nunca callado, discute aunque no entienda del tema, dificulta y alarga las reuniones, interrumpe permanentemente, impide que la gente se centre en la tarea. En las reuniones no se pueden tolerar sus interrupciones. Si hace falta se le llamará la atención
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